- La medida plantea gravar la polución de NO2 y las partículas en suspensión.
- Medio Ambiente dice que su intención no es recaudatoria.
- El anuncio irrita al sector del automóvil.
- Las regiones siguen sin tomar medidas.
La fiebre por los motores diésel podría estar a punto de llegar a su fin por la subida fiscal que el Gobierno pretende aplicar a estos vehículos, más sucios que los de gasolina.
Pese a ser más eficientes y generar menos CO2 principal agente del efecto invernadero, los motores de gasóleo son más perjudiciales para la calidad del aire y la salud que los de gasolina. Emiten más micropartículas de hollín y NO2, responsables en buena parte, junto a las calefacciones, de las boinas grisáceas que cubren algunos de los principales núcleos urbanos.
Para incentivar el uso de vehículos limpios “no con finalidad recaudatoria”, el Gobierno quiere subir los impuestos de matriculación y de circulación mediante nuevas tasas a la emisión de partículas y de NO2, lo que afectará especialmente al parque móvil diésel.
Lo anunció ayer el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos de Armas, tras la conferencia sectorial celebrada ayer en la que trasladó su intención de “orientar” las actuales tasas a los responsables de medio ambiente autonómicos. Apenas dió más información, más allá de que la medida podría ponerse en marcha “en los próximos meses”. El impuesto de matriculación, tras su reforma en 2008, grava la emisión de CO2, algo que afecta a todos los vehículos.
La tasa se divide en cuatro tramos, y depende del las emisiones del motor. En el margen alto, por encima de 200 gramos por kilómetro existe una penalización del 14,75% sobre el precio del vehículo, IVA incluido. En el caso del impuesto de circulación, se paga a los municipios en función de los caballos de potencia del motor. El impuesto tendrá un importante impacto dada la supremacía de los coches diésel sobre los de gasolina (11,4 millones frente a 10,6 con datos de 2010 de la Dirección General de Tráfico). En toda Europa, este fenómeno solo se da en España y Francia.